Día 0: la operación

Me presento en la clínica algo antes de la hora estipulada para someterme a mi operación de juanetes por cirugía abierta. Como me operan tarde, me dejarán ingresada por la noche para ver cómo evoluciono. Mejor. Así si siento dolor estaré en el lugar indicado para que me cuiden.

Llevo 6 horas sin comer ni beber nada. Me comería un jamón y después me bebería 3 litros de agua. Seguramente el hecho de no poder comer ni beber me de más hambre y más sed. Aun así, como he llegado antes, voy con mi novio y mi hermana a la cafetería a que ellos tomen algo. Aguanto bien. Creo que estoy preparada.

Por fin llega la hora y subo a la habitación. Con los nervios que he padecido los días previos me sorprende estar tan tremendamente tranquila. Quizá en parte se deba a que están aquí conmigo mis padres, mis hermanos y mi novio. La habitación parece el camarote de los Hermanos Marx. Me tienen distraída.

Radiografía realizada en mi operación de juanetes

Llega una enfermera y me toma la presión, temperatura, me marca con un rotulador la pierna izquierda y me dice que me ponga el pijama hospitalario. Ese que te deja el culo al aire. Los minutos pasan y no viene nadie. Me estoy quedando helada con el culo al aire. A las tres horas aparece el chico que me llevará al quirófano.

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